En estas épocas hablar de arañas es sinónimo de escapar muy lejos de ellas hasta estar a salvo. Un miedo que se presenta en nuestro interior sin saber porque sucede esta huida natural del cuerpo al rincón lejano. Lo más común es decir que somos miedosos, calificativos que otras personas nos la dan al vernos de que manera reaccionamos, pero este tipo de movimiento tiene un significado profundo que quizá no estabas al tanto. En este articulo veremos las razones del por qué tememos a las arañas aun cuando en la vida nos consideremos una persona vigorosa.
De acuerdo a un estudio llevado por especialista de la Universidad de Columbia descubrieron que este ataque de pánico se da por la evolución del ser humano en el tiempo. Parece algo alejado de lo que creíamos hasta ahora, pero los fundamentos que nos hacen ver son más que acertados.
La investigación hecha por estos científicos nos expone que, en los primeros pasos de la evolución del hombre, estos arácnidos fueron unas amenazas letales para la vida por las cantidades de veneno que poseían, su agudeza para esconderse en sitios de difícil acceso y la manera en que atacaban a sus potenciales víctimas.
Entre las victimas solo las personas que tenían la capacidad de responder al peligro de las arañas eran quienes superaban este enfrentamiento saliendo ilesos de los venenos detectando a las arañas antes de que cometan sus ataques. Por esta razón es que el miedo infligido por las arañas se quedó dentro de nuestro ADN aun cuando muchos años han pasado, mantenemos los genes de nuestro origen y eso se refleja en el modo que respondemos a la situación.
Sentir miedo era natural en esas épocas, una simple picadura de una viuda negra podía dejar a la víctima imposibilitado por días y hasta semanas en la que en un mundo tan arcaico los peligros se encontraban al acecho y más si no se podía defender de ellos.
Nos cuentan también que por la alta exposición al peligro que representan las arañas por millones de años hicieron que seamos más conscientes del peligro que representan. De esta manera desarrollamos formas de detectar a los arácnidos en los genes heredados del pasado que se reflejan en la visión.