Un cementerio lleno de humor y colores

Se dice que el lugar de descanso final para nuestro cuerpo terrenal ocurre en cementerios que albergan seriedad por lo que significa el paso de la vida a la muerte. Pero en Rumania existe una costumbre en la que el cementerio presenta colores vivaces que no pueden verse en otra parte del mundo. Una tradición que fue desarrollad por Stan Ioan Patras desde el año 1935 en el cementerio de Săpânţa en el condado de Maramureș. Acompáñanos a ver las curiosidades de este cementerio y lo colorido que puede ser a tus ojos.

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Cómo surgió esta costumbre del cementerio de Săpânţa

Stan Ioan Patras, el fundador de este colorido cementerio en Rumania se le ocurrió dejar grabado leyendas que contuvieran descripciones de la persona que no está con nosotros más. De la misma forma logro incorporar dibujos en las cruces que iban sobre las lapidas.

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Estuvo a cargo de esta actividad por cuarenta años, prácticamente hasta que falleció. En su lugar, Pop Dumitru, un alumno de este personaje se encargó de la tarea dejada por su maestro manteniendo la gloria de su arte. Como era de esperar Stan Ioan Patras descansa en este mismo cementerio feliz.

Curiosidades del cementerio de Săpânţa

El lugar que diseño Ioan Patras más que un sitio para ponerse triste por la partida de un ser querido reciente, al contrario, hace que los familiares de las personas fallecidas recuerden al fallecido con pequeñas historias dejadas en las lapidas. Por algo es que lo llaman el cementerio feliz, sin duda un lugar que no se puede encontrar en otra parte del mundo por más que busquemos con lupa.

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Epitafios de Ioan Patras

Como te hemos contado el autor del cementerio feliz fue enterrado en el mismo lugar donde desarrollo su obra dejando unos recuerdos grabados en su lapida que de mencionarlos llamarían la risa a más de uno. Un ejemplo es lo siguiente dedicado a su suegra:

Bajo esta cruz pesada, yace mi pobre suegra. De haber vivido tres días más, yacería yo y viviría ella. Ustedes que pasan por aquí, intenten no despertarla, porque si regresa a casa, volveremos a las andadas. Por ello me voy a portar bien, para que ella no regrese. Quédate aquí, querida suegra mía.

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